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miércoles, 22 de julio de 2015

Final


Este canto no forma parte de la tradición de la Iglesia, pero es muy querido en las comunidades de nuestro continente, generalmente con un sentido mariano (dedicado a la Virgen María), de acción de gracias (por la liturgia vivida o por la vida) o de misión (ya que al salir de la misa volvemos a retomar nuestro compromiso por el Reino).

Tiene sentido sólo si es un canto con la asamblea presente. El animador debe motivarla a permanecer en la iglesia. Si se está disolviendo, más vale acompañar el momento con música instrumental. Se sugiere música alegre de ritmo y melodía libre al alcance de la asamblea.


Tomado de: (Boletín de Información de CONALI “Comisión Nacional de Liturgia de Chile”)

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